A raíz del 9/11, el periodista Carl Prine, del Pittsburgh Tribune-Review, pone al descubierto la impresionante poca seguridad de las plantas químicas y de las bodegas de almacenamiento de las principales ciudades de los Estados Unidos. Durante su investigación, Prine inspecciona meticulosamente la situación en plantas químicas de todo el país, e incluso ingresa por rejas rotas o por puertas que no habían sido cerradas con llave para así demostrar la vulnerabilidad de estos lugares a ataques terroristas. El trabajo de Prine nos demuestra lo fácil que es tener acceso a productos químicos que podrían perjudicar a cientos de miles con una sola explosión.