Las criaturas del Okavango habitan en un mosaico de tierra y agua. Bandadas de aves y animales llegan en las temporadas de lluvias para quedarse mientras haya agua. Los residentes permanentes de este oasis están especialmente adaptados para sobrevivir sus casi siempre impredecibles cambios. A la cabeza de esta cadena alimenticia se encuentra el temible cocodrilo del Nilo.